Les comparto, algo que escribí para mi papá, creo que ya crecí y aunque mi papá no sea un rey o un súper héroe como cuando lo veía de niña, me di cuenta que es muchísimo más que eso...
A mi papa los años lo han dejado diabético, pero la dulzura se le ha quedado colgada en su mirada, como la de un niño travieso atrapado en un cuerpo de adulto.
Mi papa no es super héroe con capa, de esos con super poderes, pero siempre ha ido a mi encuentro con una llamada y me he sentido rescatada.
Mi papa no es médico, ni enfermero, pero se convirtió en un ángel guardián de tiempo completo con su paciente favorita (mi mamá).
Mi papa no es millonario, pero me ha enseñado que el compartir con los demás, nos convierte en uno de ellos.
Mi papa no es perfecto, es mal genio, a veces gritón, muy directo... Gracias papi porque en tu imperfección, encontré la sabiduría que te han dejado los años, en los que sólo has luchado con garras y dientes por ser un mejor ser humano y padre para nosotros.
Te amo
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